Queridos padres de Javier Salomón Aceves, Marco Francisco Ávalos y Jesús Daniel Díaz, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad los abraza, besa y consuela
Al igual que ustedes, hemos aprendido que la expresión más clara del dolor es la pérdida de un hijo, ya sea por encontrarse desaparecido o por haber sido asesinado.
¿Cuántas veces más nuestro país llorará y condenará a las víctimas de esta guerra sin sentido? Muchachos inocentes y culpables que por un lado son recordados como mártires y, por otro, son criminalizados por la violencia y la cooptación del crimen.
Como los cientos de personas que se movilizaron el día de ayer, rechazamos la versión de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Jalisco, por estar basada hasta ahora sólo en declaraciones de los presuntos responsables y carecer de una certeza científica. ¿Cómo confiar en las autoridades jaliscienses después de conocer la manera en que responden ante la problemática de los desaparecidos? No olvidamos que, entre 2006 y 2015, incineraron más de mil quinientos cuerpos que se encontraban a resguardo del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses. A cientos de ellos no se les realizaron pruebas de ADN; sus familias los buscarán eternamente, nunca podrán conocer la verdad sobre lo que les pasó.
Hoy, como hace siete años, nuestro país llora y se confronta consigo mismo ante la desaparición y posible pérdida de un grupo de jóvenes a quienes les han destruido el presente y les niegan el porvenir. Ellos son la expresión de los cientos que son asesinados o desaparecidos cada día en México. En su nombre, exigimos el esclarecimiento de los hechos y la justicia que ha sido sistemáticamente negada a la mayoría de las personas que hemos y han sido víctimas de la delincuencia y del abuso del poder.
Llamamos a todas y todos los jóvenes a organizarse, salir a las calles y demandar la paz y la justicia; debemos terminar con esta guerra en su contra. A los familiares, amigos y a toda la comunidad de la Universidad de Medios Audiovisuales (CAAV), les compartimos todo nuestro cariño. Desde diversos estados de la república mexicana, les aseguramos que no están solos. Reciban toda nuestra solidaridad y admiración por su lucha, su valor y su dignidad.
